De esta forma comenzó a saldarse una historia de desencuentros. Los padres se separaron hace seis años, cuando los niños eran muy pequeños. La mamá se fue a vivir a otra provincia y los chicos quedaron al cuidado de su papá y abuelos paternos en una localidad de la costa atlántica rionegrina.
Las diferencias entre adultos hicieron que nunca más hubiera contacto entre la mamá y los niños, hasta que se solicitó a la Justicia rionegrina que se fije un Régimen de Comunicación para restablecer la relación.
La audiencia entre los papás se celebró en el Juzgado, ante la jueza Vanessa Kozaczuk y los defensores de Pobres y Ausentes. Allí se resolvió, de común acuerdo, la revinculación de los niños y su madre de manera progresiva, con la intervención de los organismos de protección que evaluarán la marcha del proceso. Los niños, paulatinamente, podrán tomar contacto, tanto telefónico como personal, con su mamá, que continúa residiendo en otra provincia patagónica.
El encuentro
Acordado el Régimen de Comunicación a futuro, se planteó en ese momento la posibilidad que la mamá pudiera reencontrarse con los niños. Lógicamente, era preciso vencer muchas dudas, saldar historias de vida muy disímiles. La Justicia escuchó a los niños: “queremos conocer a mamá”, dijeron con seguridad. Curiosamente, la madre se había manifestado con el mismo verbo: “conocer” a sus hijos.
Hubo un destacado trabajo de los defensores, que hablaron con sus asistidos para que el postergado vínculo sea posible. La propia jueza acompañó a los chicos de la mano hasta la sala de niños del Juzgado, donde se produjo el encuentro con la mamá, que estaba acompañada por la abuela materna. La emoción no estuvo acotada a la familia, sino que incluyó a todos los trabajan en el Juzgado.
Los niños continuarán viviendo con su papá y abuelos paternos, que los criaron durante todos estos años de desencuentros. Con intervención del organismo de protección, los adultos deberán retomar el diálogo, en pos del Interés Superior del Niño.