En primer lugar, el comprador reclamó que se declare la nulidad del contrato, con la consecuente devolución mutua de la computadora y del dinero. La Cámara recordó en este punto que el cliente tiene derecho a la disolución del contrato cuando el bien adquirido no reúne todas las condiciones prometidas.
“Habiendo reclamado el actor por carta documento la sustitución del aparato, debió la empresa proveerle el nuevo aparato o asegurarse que la computadora pudiere funcionar correctamente, informándole y asistiéndole para que pudiera sortear el inconveniente. Pero no siguió tal conducta, sino que emprendió su estrategia de negar la existencia de una relación de consumo para desligarse del problema, en lo que sin duda constituye además un incumplimiento al trato digno debido” al consumidor, concluyó la Cámara.
En segundo lugar, el Tribunal elevó la condena por daño punitivo afirmando que la empresa no sólo incumplió el deber de información y trato digno, sino que además, “no mostró en ningún momento (…) la más mínima voluntad de solucionar el problema”. Así, la Cámara elevó el rubro a la suma de $ 231.200, más los intereses que se acumulen hasta el efectivo pago de la indemnización.
Por último, reconoció a favor del comprador una indemnización de 125.000 pesos por daño moral.
En conclusión, el Tribunal de Apelación dejó “sin efecto el contrato celebrado entre las partes, debiendo restituirse mutuamente las prestaciones”, sumando a ello un resarcimiento por daño moral y el incremento de la multa por daño punitivo.
La sentencia de la apelación también fue recurrida por la empresa, la cual planteó recientemente un recurso de casación. Tras analizar el nuevo planteo, la Cámara denegó el recurso. Pero la sentencia no se encuentra firme puesto que la demandada tiene la posibilidad de plantear un recurso de queja ante el Superior Tribunal de Justicia.