La primera vez que el perro atacó su dueño reconoció la circunstancia y ofreció pagar. Llevó cinco ovejas al campo del demandante. Luego, según la denuncia, el perro nuevamente había atacado a las ovejas, ocasionándole la muerte a 10 de ellas y dejando gravemente heridas a 4.
También el denunciante manifestó que atacó a una perra, que murió cuatro días después a pesar de la atención veterinaria inmediata. La misma era parte de la familia desde hacía más de 10 años.
Los ataques se sucedieron frecuentemente y sin solución, por lo que el dueño de las ovejas efectuó denuncias penales, y obtuvo una medida cautelar. Aún así, debió radicar otra denuncia porque el perro del demandado entró en su propiedad y mató a tres gallinas.
La jueza Civil en su fallo consideró “probado que las ovejas han sido lastimadas por la mordedura de un can, ocasionando la muerte inmediata o posterior por las heridas y desgarros, según las declaraciones testimoniales en esta sede y en la penal, que resultan concordantes también por lo analizado por el Perito veterinario”.
“El daño causado a las ovejas debe ser asumido por demandado quien es el dueño del perro, frente a su responsabilidad de cuidado definida en el Código Civil y Comercial de forma objetiva”, expresó.
De esta manera, resolvió hacer lugar a la demanda interpuesta y ordenó al dueño del perro a abonar un resarcimiento por pérdida de chance y por daño moral, daño emergente, lucro cesante e intereses.