Al día siguiente, la policía lo encontró circulando a contramano por la calle San Martín. En ese momento iba en una bicicleta y tampoco ofreció razones o motivos valederos ni presentó certificado alguno que le permitiera circular de manera excepcional durante el aislamiento.
Cuando la fiscalía le formuló cargos por el delito de violación de medidas contra epidemias, la jueza de garantías le impuso como medida judicial la orden de permanecer en su domicilio y respetar las disposiciones nacionales.
El 8 de abril, nuevamente lo descubrieron deambulando por el barrio Labraña. El 13 de ese mismo mes fue detenido en inmediaciones de las calles Lisandro de la Torre y Pacheco de Cipolletti. Tampoco pudo justificar su presencia en la vía pública.
En una de las oportunidades en las que fue interceptado el hombre llevaba consigo una bomba de agua que había sido robada y algunas herramientas. Por ello le imputaron además el delito de encubrimiento. A ello se le sumó la desobediencia a la medida judicial de permanecer en su domicilio.
Como tenía antecedentes, la pena de un año de prisión que le impusieron en un juicio abreviado es de cumplimiento efectivo.