En un primer momento todo pareció fluir bien: la aseguradora del conductor del Aveo le recibió la denuncia del siniestro, las fotos y la descripción del choque y le asignó un número de trámite. A partir de entonces los días empezaron a transcurrir sin noticia alguna de la cobertura. Mientras tanto, avanzaba el otoño patagónico y el hombre y su familia se tenían que manejar caminando o en taxi porque el auto estaba en el taller a la espera de una respuesta de la aseguradora.
La contestación llegó 85 días después, en un escueto correo electrónico que decía: “Buenas tardes estimado, le informo que la compañía Providencia autoriza el reconocimiento de $ 23.000, correspondiente por el siniestro de referencia”.
El hombre recordó entonces en la demanda judicial que “ante semejante atropello” respondió el mail “manifestando textualmente que le parecía una tomada de pelo”, porque el monto ofrecido “no alcanzaba ni para los repuestos”. La aseguradora ofreció 4.000 pesos más, pese a que el límite de cobertura contratada por el dueño del Aveo llegaba hasta 6 millones de pesos. Sin más que hablar, el hombre rechazó la oferta e inició el trámite de mediación.
La aseguradora no se presentó a la mediación y el dueño del Aveo no pudo hacer una oferta superadora ante la “total indiferencia” de la empresa. Por lo que el dueño del Ford Ka tuvo que iniciar una demanda civil ante el Juzgado N° 31 de Choele Choel.
Hace pocos días, una sentencia de primera instancia le dio la razón en prácticamente todos sus planteos y condenó a la aseguradora a indemnizarlo con el valor de reparación, más el valor de depreciación del vehículo, más el gasto en taxi que tuvo que afrontar la familia durante tres meses.
La condena también alcanzó al dueño del Aveo, quien no se presentó al juicio civil y fue declarado “en rebeldía”.
La indemnización total supera los 330.000 pesos, a los que deben sumarse casi tres años de intereses, a contar desde el día del accidente.