Apenas ocurrió el accidente se realizó la denuncia ante la ART, que aceptó el siniestro como accidente y le brindó las prestaciones médicas. Fue sometido a una cirugía de osteosíntesis de muñeca derecha y le colocaron un clavo de 2 milímetros, luego de lo cual tuvo un prolongado tratamiento ortopédico y kinesiológico.
Poco tiempo después, se le otorgó el alta médica, de manera sorpresiva según el trabajador. Refirió que a raíz del hecho tomó intervención la Comisión Médica de Viedma que determinó una incapacidad del 7,93%.
En el expediente se designó a un perito. Ante la imposibilidad de arribar a un acuerdo conciliatorio, se dispuso el cierre del término de prueba y se otorgó plazo a las partes para que presenten su alegato.
Tras el análisis de la prueba y las presentaciones de las partes, la Cámara Laboral de Viedma condenó a la ART a abonar el importe correspondiente por el cálculo de la incapacidad, más los intereses desde el momento del accidente a la fecha.