La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó un recurso presentado por la Defensora General y de esta manera quedó firme el fallo del Superior Tribunal de Justicia de Río Negro que anuló la sentencia absolutoria en el caso Atahualpa.
Con el respaldo a la resolución del STJ rionegrino, se allana el camino a un nuevo juicio en procura de resolver el homicidio de Atahualpa Martínez Vinaya.
La decisión del STJ, ahora respaldada por la Corte, implica que la causa está abierta y vuelve a la instancia previa a la sentencia absolutoria. La etapa de instrucción no fue cuestionada, por lo que a partir de la plataforma fáctica ya investigada es posible ampliar la prueba.
En 2014, la Cámara –con el voto rector del entonces juez Juan Bernardi, hoy destituido y condenado- había dictado la absolución de los tres acusados.
Luego, el Superior Tribunal de Justicia anuló dichas absoluciones, por considerar que la sentencia carecía de fundamentación razonada y legal. La jueza Liliana Piccinini, entonces a cargo de la presidencia del máximo órgano judicial, fue la encargada de la lectura del fallo.
La resolución del Superior Tribunal –solicitada en tal sentido por el Ministerio Público Fiscal- no solo abrió la posibilidad de un nuevo juicio, sino también al anular la sentencia y el debate, ordenó que continúe la sustanciación de la causa con distinta composición de magistrados. El fallo tuvo con los votos afirmativos de Liliana Piccinini, Ricardo Apcarián, Enrique Mansilla y Sergio Barotto, con la abstención del juez subrogante Gustavo Guerra Lavayén.
Tras esa disposición, la Defensora General presentó un Recurso Extraordinario Federal ante el propio STJ y ante su rechazo, elevó una Queja a la Corte Suprema. Finalmente, la semana pasada la CSJN rechazó este planteo.
Al agotarse los recursos, los tres imputados (Morales Toledo, Carrasco y Fernández Barrientos) nuevamente revisten en la causa la calidad de imputados, en el marco de la investigación llevada a cabo hasta la elevación a juicio.
Sobre esa plataforma fáctica que surgió de la investigación y que permitió su elevación a juicio, la Fiscalía anticipó en su alegato ante el STJ que está en condiciones de completar la prueba. Entre los elementos probatorios, es clave una campera con ADN que fuera secuestrada en el domicilio de uno de los acusados.